Nota publicada en la Revista Voces del Partido de San Isidro. Diciembre, 2006.
Con la extensión de las redes cloacales, el programa nacional de viviendas en barrios marginales, los túneles en cruces estratégicos y un código de ordenamiento urbano clarificado para que sea comprendido por cada vecino, San Isidro hace sus últimos “ajustes” para convertirse en un municipio completamente sustentable. A partir de estos desarrollos, el Secretario de Gobierno del distrito, Héctor Prassel, plantea con optimismo y certeza que un municipio integrado es posible.
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Desde las ventanas de su despacho, en el último piso del edificio municipal, se puede observar prácticamente todo San Isidro: las casas residenciales y las torres, el hipódromo, el shopping, la autopista. Sólo las frondosas copas de los paraísos dificultan la mirada. Sin embargo, la información que, celular mediante, le alcanzan los distintos agentes municipales en funciones le permitirá completar el panorama de cómo está funcionando todo en el distrito.
Héctor Prassel, con su estampa impecable, ocupa un lugar destacado dentro de la gestión del intendente Gustavo Posse como Secretario General de Gobierno y Administración. Antes acompañó también las gestiones del fallecido intendente Melchor Posse. Con certeza, es el testigo más cercano e involucrado en los cambios planificados que estas administraciones le han impreso al partido.
Prassel concibe la “política” como el compromiso que se asume para facilitar el desarrollo de una sociedad. Y en esto es taxativo: “Una sociedad sólo puede integrarse a partir del cumplimiento de las normas y el respeto a los demás”.
¿Cuál es el proyecto que llevan adelante para San Isidro?
Hoy el municipio tiene las posibilidades de ser sustentable. Estamos ante el desafío de la transformación final de San Isidro. Y digo esto porque si bien está totalmente urbanizado, hay que hacer ajustes. Es decir, no podemos pensar cómo queremos que sea, porque San Isidro ya existe.
¿Cómo se va a producir esa transformación?
El llamado “programa de viviendas” va a producir esa transformación definitiva. Cuando hablamos de la desaparición de los barrios de emergencia no se trata de que la gente se vaya, sino de integrar. Y esto es posible porque esta sociedad no quiere chocar ni defenderse sino que quiere convivir. Eso quedó demostrado en la época de los saqueos del 2001. Allí la gente respondió bien porque estaban integrados a través de la salud, la educación, de la acción social directa… Esa línea es la que se intensificó por pedido específico del intendente.
Sin embargo, Prassel, en un recorrido exhaustivo por cada localidad del municipio, en este proceso de “transformación final” se detiene en la ciudad que el próximo año recibirá la mayor afluencia de obras y que requiere de mayores “ajustes” para sentirse integrada: Boulogne.
“Ya en 1983, Melchor Posse cuando planteaba el San Isidro que se quería hablaba de integración, y siempre era el San Isidro después de la Panamericana. Por eso, se trabajó mucho”, recuerda Prassel.
Con el compromiso de la provincia de realizar el paso bajo nivel de las vías del Ferrocarril Belgrano, dice “Boulogne se repiensa a partir del túnel. Porque hoy, lo que está feo, entristecido es el centro de la ciudad por ese puente horrible. Y si el vecino no disfruta del lugar donde vive no lo cuida”.
También continuará el tendido de cloacas que valorizará a muchas viviendas residenciales de barrios como Santa Rita o La Horqueta. Sin embargo, los sectores medios y bajos podrán verse beneficiados por acuerdos alcanzados con el gobierno nacional para acceder a la conexión a la red.
Otra de las cuestiones que alcanzaron una solución son las inundaciones con la realización del “aliviador Arroyo Pavón”. La obra demandará 135 millones de pesos que aportará el gobierno nacional. “Era una obra que debía desde el momento que se firmó el contrato de concesión con Autopistas de Sol. Siempre lo reclamamos y nunca encontramos el eco. Hoy decimos, en menos de 18 meses va a estar resuelto definitivamente todo el problema de inundación de Boulogne”, enfatiza.
Entusiasmado, Prassel sintetiza: “Túnel de Boulogne, cloacas, sin inundaciones, un parque público en los terrenos adquiridos a la AFIP, entonces hablamos de una modificación del código urbano para que haya un desarrollo sano, prolijo, que levante el valor de las propiedades. Hoy es el tiempo de Boulogne, un lugar para invertir”.
Héctor Prassel, con su estampa impecable, ocupa un lugar destacado dentro de la gestión del intendente Gustavo Posse como Secretario General de Gobierno y Administración. Antes acompañó también las gestiones del fallecido intendente Melchor Posse. Con certeza, es el testigo más cercano e involucrado en los cambios planificados que estas administraciones le han impreso al partido.
Prassel concibe la “política” como el compromiso que se asume para facilitar el desarrollo de una sociedad. Y en esto es taxativo: “Una sociedad sólo puede integrarse a partir del cumplimiento de las normas y el respeto a los demás”.
¿Cuál es el proyecto que llevan adelante para San Isidro?
Hoy el municipio tiene las posibilidades de ser sustentable. Estamos ante el desafío de la transformación final de San Isidro. Y digo esto porque si bien está totalmente urbanizado, hay que hacer ajustes. Es decir, no podemos pensar cómo queremos que sea, porque San Isidro ya existe.
¿Cómo se va a producir esa transformación?
El llamado “programa de viviendas” va a producir esa transformación definitiva. Cuando hablamos de la desaparición de los barrios de emergencia no se trata de que la gente se vaya, sino de integrar. Y esto es posible porque esta sociedad no quiere chocar ni defenderse sino que quiere convivir. Eso quedó demostrado en la época de los saqueos del 2001. Allí la gente respondió bien porque estaban integrados a través de la salud, la educación, de la acción social directa… Esa línea es la que se intensificó por pedido específico del intendente.
Sin embargo, Prassel, en un recorrido exhaustivo por cada localidad del municipio, en este proceso de “transformación final” se detiene en la ciudad que el próximo año recibirá la mayor afluencia de obras y que requiere de mayores “ajustes” para sentirse integrada: Boulogne.
“Ya en 1983, Melchor Posse cuando planteaba el San Isidro que se quería hablaba de integración, y siempre era el San Isidro después de la Panamericana. Por eso, se trabajó mucho”, recuerda Prassel.
Con el compromiso de la provincia de realizar el paso bajo nivel de las vías del Ferrocarril Belgrano, dice “Boulogne se repiensa a partir del túnel. Porque hoy, lo que está feo, entristecido es el centro de la ciudad por ese puente horrible. Y si el vecino no disfruta del lugar donde vive no lo cuida”.
También continuará el tendido de cloacas que valorizará a muchas viviendas residenciales de barrios como Santa Rita o La Horqueta. Sin embargo, los sectores medios y bajos podrán verse beneficiados por acuerdos alcanzados con el gobierno nacional para acceder a la conexión a la red.
Otra de las cuestiones que alcanzaron una solución son las inundaciones con la realización del “aliviador Arroyo Pavón”. La obra demandará 135 millones de pesos que aportará el gobierno nacional. “Era una obra que debía desde el momento que se firmó el contrato de concesión con Autopistas de Sol. Siempre lo reclamamos y nunca encontramos el eco. Hoy decimos, en menos de 18 meses va a estar resuelto definitivamente todo el problema de inundación de Boulogne”, enfatiza.
Entusiasmado, Prassel sintetiza: “Túnel de Boulogne, cloacas, sin inundaciones, un parque público en los terrenos adquiridos a la AFIP, entonces hablamos de una modificación del código urbano para que haya un desarrollo sano, prolijo, que levante el valor de las propiedades. Hoy es el tiempo de Boulogne, un lugar para invertir”.