“Con el gobierno de Néstor Kirchner se coloca la inclusión social como el tema más importante y se comienza a considerar a la obra pública no como un gasto, sino como inversión. Una inversión que genera mejor calidad de vida y trabajo”, afirmó Francisco Missón de la Dirección Provincial de Fortalecimiento a las Organizaciones Sociales en la presentación del Plan de Reordenamiento de Barrios de San Fernando. Missón señaló también que con la articulación del nivel nacional, provincial, municipal y el comunitario “volvimos a ubicar en agenda la obra pública popular”.
La característica que distingue este programa es la coordinación entre los distintos estamentos gubernamentales que culminan apoyándose en el accionar de las organizaciones sociales que desde la crisis de los años 2001 y 2002 trabajan en los asentamientos más vulnerables. Así, Jorge Ramírez de la Cooperativa Rocío de la Federación Tierra y Viviendas, explicó que “lo más difícil fue poder recuperar al compañero, capacitarlo, y que encuentre nuevamente su dignidad en el trabajo. Ese es el proceso más largo. Tenemos jóvenes que nunca habían tenido experiencia de un trabajo formal”. Los empleados cobran un sueldo de 800 pesos por mes y mediante un aporte de “monotributo social” están incluidos en un régimen jubilatorio y tienen seguro médico.
Patricia Cubria, miembro del Movimiento Evita, que es otra de las organizaciones que participan en este Plan y, directora municipal de la Unidad Ejecutora de Inclusión Social que coordina las tareas agregó que “este es un primer paso, para luego continuar gestionando en otro tipo de obras populares porque las organizaciones tenemos la experiencia de haber estado dentro de la crisis, tratando de sostener determinadas cuestiones alimenticias pero, sobre todo, en relación a la pérdida de trabajo. Tratamos de encontrarle la vuelta para que no se hundiera del todo el barco”.
Desde el ámbito municipal, el Subsecretario de Infraestructura Pública, Hugo García, destacó que el mejoramiento del barrio FATE en particular comenzó con las tareas de limpieza del lugar “donde el municipio acompañó con el relleno de una calle lindera, que no existía y la gente se caía en un zanjón. Ahora podrán ingresar ambulancias, bomberos, policía y remises. Además, con este programa de iluminación, el vecino tendrá más seguridad, va a estar más tranquilo”.
Finalmente, Juan Sábato, de la dirección provincial de Acceso para los Servicios Públicos, admite que el proyecto es más ambicioso: “Nuestra gestión está apuntada a la urbanización general de las villas o de los asentamientos. Se avanza con luminarias, luego se comenzaría con la seguridad eléctrica para darle seguridad interna a las casillas colocando en ellas diyuntor, llave térmica y un buen cableado, y nuestro objetivo máximo son llegar también con el agua y el gas. Hay que hacer acuerdos con las distribuidoras, hay que conseguir los fondos de Nación o de Provincia y por último, hay que capacitar a los compañeros. Son las pequeñas obras que hacen falta en los barrios, que son miles de barrios. El plan luminarias está abarcando a más de 5.000 barrios con aproximadamente 200.000 beneficiarios y 2.000 personas trabajando. El Plan es simple. Son acuerdos políticos y mucha voluntad”.